El Gobierno aprobó en el Consejo de Ministros, el pasado 9 de febrero, la Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024, en la que por primera vez se incluyen adicciones que no tienen que ver con el consumo de una determinada sustancia, sino con la práctica de una conducta como el uso de las nuevas tecnologías, Smartphones, redes sociales, juegos online, y videojuegos. Actualmente, el 10% de los jóvenes entre 14 y 18 años reconoce haber apostado dinero online y casi el 20% utiliza de forma abusiva las nuevas tecnologías, pudiendo llegar a convertirse en adictos a ellas.

Con la introducción de este programa, España entra a formar parte del grupo de países que están incorporando todas las conductas adictivas, tanto tóxicas como no tóxicas, en una única estrategia de actuación. Este plan, que se revisa y elabora cada ocho años, dejará atrás la denominación utilizada anteriormente en los años 2000 y 2008: Estrategia Nacional sobre Drogas.

Además, también se está trabajando en otras medidas que podrían ver la luz en los próximos meses, como un Real Decreto que sirva para regular la publicidad que haga referencia a juegos de apuestas en espacios y actividades en las que puedan estar implicados los menores de edad, pues según estudios hasta un 44´8% de los adictos al juego online, ha comenzado con la práctica antes de cumplir los 18 años. También se pondrán en marcha programas para que aquellas familias o escuelas que lo deseen, puedan enseñar a los jóvenes a utilizar las nuevas tecnologías de manera responsable.

Otro punto a destacar de la Estrategia Nacional sobre Adicciones y que se menciona en un artículo publicado también el 9 de febrero en el diario digital El Periódico, es la referencia que se hace de aplicaciones creadas para facilitar encuentros, citas, o la búsqueda de una pareja sentimental como son las apps Wapo, Tinder o Grinder. Estas plataformas, según se explica en el plan, favorecen las relaciones sexuales relacionadas con el consumo de drogas, pues tal y como se indica en este mismo documento, “se diseminan nuevos patrones para el consumo de drogas ligados a prácticas sexuales como el ‘chemsex’ o el ‘slamming’, que implican estupefacientes para aumentar la desinhibición y la duración de las sesiones».

Todo lo anterior, unido a que los índices de dependencia a las nuevas tecnologías están aumentando de forma considerable, ha hecho que el Gobierno se refiera explícitamente a la situación como un «uso patológico de internet» y de las redes sociales, citando al juego online y las apuestas deportivas, como actividades “potenciadoras de conductas adictivas”.

También sería importante mencionar que, a la vez que se está reduciendo el consumo de drogas “tradicionales” como la heroína, la cocaína o el hachís, se ha apreciado un aumento de consumo de otras sustancias nuevas. Estas nuevas sustancias se caracterizan por imitar los efectos de las drogas tradicionales como el cannabis, o de potenciar otros como el de la cocaína. Tal y como apunta el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, «cada día se ponen en el mercado nuevas sustancias químicas que no están en el catálogo de drogas prohibidas y que se comercializan a través de la ‘dark web’ y la ‘deep web’ (Internet oscuro e Internet profundo)».