En España, son muchas las personas que en algún momento de su vida han atravesado situaciones de crisis que le han llevado a caer en depresión. En concreto, y tal y como se especifica en este artículo, en 2015 un total de 2.408.700 españoles sufrieron depresión y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) esto supone que el 5´2% de la población de nuestro país ha sufrido esta enfermedad en alguna ocasión.

A nivel global, la depresión afecta a más de 300 millones de personas y pese a que estamos ante un trastorno psicológico, también podemos encontrar influencia en determinados factores genéticos que pueden provocar importantes cambios en el cerebro y por tanto, causar diferentes consecuencias dependiendo de la persona. Además, es importante mencionar también que según datos recientemente publicados por la OMS el género de la persona es uno de los principales factores de riesgo para padecer depresión, siendo las mujeres quienes presentan más trastornos psicológicos de este tipo.

La depresión afecta a diferentes aspectos de la vida diaria del paciente como por ejemplo a su entorno laboral, social, familiar y por supuesto, personal. Sin embargo hoy queremos ir un poco más allá mostrándoos la manera en la que nuestro cerebro se ve condicionado por la depresión y los cambios, tanto positivos como negativos, que se producen en éste.

¿Cómo afecta la depresión a nuestro cerebro?

Para saber de qué forma afecta la depresión al cerebro humano, vamos a ver algunos datos e información extraída de un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry (Psiquiatría Molecular), donde se analizó el cerebro de 8.927 personas entre las cuales 1.728 padecían depresión aguda. Según este estudio cuantos más episodios depresivos sufre una persona, más se reduce su hipocampo cerebral. El hipocampo, es un área de nuestro cerebro directamente relacionada con la memora a largo plazo, la creación de recuerdos y la manera en la que éstos se conectan con las emociones.

Además, los resultados del estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry coinciden con los obtenidos en una investigación anterior, publicados en la revista JAMA Psychiatry, donde tras realizar tres años de seguimiento a un grupo de personas con depresión, determinaron que esta enfermedad está totalmente vinculada con la disminución de materia gris en tres áreas del cerebro (hipocampo, amígdala y corteza prefrontal). También, se deduce de este estudio que los cambios que se originan en el cerebro pueden agudizar los síntomas de la depresión y afectar a la capacidad que tiene la persona para manejar sus emociones, así como para evitar la constante aparición de pensamientos negativos.

Una de las teorías que se extraen sobre el motivo que explica la reducción de volumen experimentado en las áreas cerebrales mencionadas anteriormente, es que el aumento de cortisol en el cerebro produce una inflamación en éste que termina por provocar daños a nivel molecular. Por ello, las personas que padecen depresión tienden a tener un cerebro un 30% más inflamado que aquellas que están sanas psicológicamente hablando.

¿Cómo combate la depresión nuestro cerebro?

El cuerpo humano es inteligente, por ello al igual que un trastorno como la depresión produce cambios fisiológicos en nuestro cerebro, también produce otros cambios morfológicos que ayudan a combatirlo. En este caso, y siempre una vez que se ha iniciado el tratamiento a través de profesionales especializados en este tipo de enfermedades mentales, la corteza cerebral aumenta para ayudar a reducir la gravedad de los síntomas que se asocian a las personas depresivas.

Es curioso ver cómo, tras el trabajo de campo realizado en este estudio del Instituto de Investigación Saban del Hospital Infantil de Los Ángeles (EE.UU.), se comprobó que los fármacos utilizados para combatir la depresión o antidepresivos -especialmente aquellos que contienen duloxetina- ayudan a reducir de manera artificial el volumen de la corteza cerebral, por lo que anatómicamente hablando el cuerpo no estaría aplicando sus propios medios para combatir la depresión ya que son los antidepresivos lo que actúan a la hora de modificar los parámetros de cada una de las áreas de nuestro cerebro. 

La corteza cerebral de los pacientes que no emplean antidepresivos en su tratamiento aumenta de volumen progresivamente y esto ayuda de manera natural a reducir los síntomas de la depresión. Sin embargo, esto no significa en absoluto que un paciente con depresión no necesite tratamiento ya que independientemente de ello, será necesario llevar a cabo un seguimiento y en función de cada caso, asignar unas pautas o establecer el procedimiento medico a seguir.

En Inspirando TRANSFORMACIÓN creemos en el poder del ser humano para alcanzar sus metas y/o superar las adversidades. Por ello, ofrecemos diferentes tipos de terapias que pueden ser muy útiles a la hora de tratar la depresión sin la necesidad de emplear medicamentos ya que éstos en numerosas ocasiones causan una de las adicciones más peligrosas que están presentes en nuestra sociedad, la adicción a los fármacos.